domingo, 17 de septiembre de 2017

Nuevo curso, nuevos libros y la familia heterosexual de siempre: “El resto estamos excluidas”

Cuando en clase de Pablo (nombre ficticio) abran el libro de Ciencias Sociales por el segundo tema para estudiar la familia se dará cuenta de que la suya no aparece en ningún lado. Una de las preguntas que le harán será cuál de las que aparecen en las fotografías que ilustran la parte introductoria del capítulo se parece más a su familia. Pero sus dos madres no están. Tampoco los dos padres de Tristán, que empieza 2º de Primaria este año.


“Cuando los abrimos vimos que el esquema se repetía en muchas asignaturas al hablar o ilustrar a una familia. En Sociales se trata el tema específicamente en tres o cuatro páginas desde un punto de vista heteropatriarcal en el que solo existen papá, mamá, hermanos, abuelos y tíos”, explica Celeste Carrasco, madre de Pablo y de otro niño de dos años junto a Paloma.

Las leyes educativas apenas contemplan la diversidad familiar de manera transversal en los contenidos. En el caso de la afectivo sexual, la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) nombra en su artículo 23 como objetivo de la Educación Secundaria Obligatoria “conocer y valorar la dimensión humana de la sexualidad en toda su diversidad”, algo que mantiene de la anterior ley educativa, la LOE, que además incluía en su preámbulo como fin de la educación “el reconocimiento de la diversidad afectivo-sexual”. El temario específico debía ser impartido a través de la asignatura Educación para la Ciudadanía, eliminada por el PP con la Lomce.

El tema de la presencia de familias inclusivas en libros de texto “está vinculado con las propias editoriales”, explica Noemí López, docente del colegio público Maestro Rodrigo, situado en el municipio madrileño de Aranjuez.
En su opinión, estas empresas –algunas de ellas pertenecientes a la Iglesia católica– “están inmersas en una dejadez que no es fortuita de mantener siempre un mismo canon familiar. No creo que sea algo de lo que no se den cuenta porque las editoriales cuidan mucho las imágenes y el alumnado más pequeño va a utilizarlas como anclas que usarán de recordatorio”, explica esta profesora. “Puede que no quieran arriesgarse a perder ventas porque es un negocio muy jugoso”, completa Celeste.

La homofobia sigue asentada en la sociedad y evidencia la diferencia que hay entre los derechos legales y los derechos reales, dice el delegado de Andalucía de la Asociación de Familias Homoparentales LGTB (Galehi).

La ausencia de las familias en los libros de texto es “un elemento más” de la falta de educación en diversidad, que puede hacer de cortafuegos con el acoso escolar LGTBIfóbico.Aunque no hay datos oficiales, los últimos disponibles recogidos en informes de la FELGTB apuntan a que un 57% del alumnado LGTBI ha sufrido algún tipo de violencia física o psicológica en el entorno educativo.

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