viernes, 24 de abril de 2015

El niño allana el camino a la escuela inclusiva, pero...

¿Hay un cole para Rubén?

La educación inclusiva ve brotes verdes en León. La semana pasada terminó el calvario penal de un padre y una madre acusados de abandono de familia por negarse a llevar a su hijo con síndrome de Down a un colegio especial. Y en las últimas semanas al menos cuatro familias con dictámenes que apartaban a sus hijos de la educación inclusiva han visto un cambio de rumbo a su favor en Educación.

«Estamos observando que existe un cambio de criterio muy positivo sobre todo desde que se celebró la jornada de educación inclusiva con toda la polémica que arrastró», afirma María del Mar Álvarez Carballo, vocal de la junta directiva nacional de Solcom, la asociación que encabeza la reivindicación la inclusión social, y también educativa, para las personas con diversidad funcional.

Sara, una niña de cuatro años con una enfermedad rara que afecta a su desarrollo psicomotor, tenía dictámen de escolarización combinada. Lunes, martes y miércoles la niña iba a clase al colegio público Antonio Valbuena y jueves y viernes tenía que acudir al colegio especial Sagrado Corazón. Su familia se negó a que asistiera al centro especial.

«En febrero me llamaron de los equipos de orientación y nos dieron un nuevo dictámen: mi hija dejaba de tener educación combinada y pasaba a colegio ordinario con un apoyo importante», explica Rosa María Sánchez, la madre de la menor. Va al Sagrado Corazón al yakuzzi y a estimulación dos sesiones de 20 minutos.

El de Sara es uno de los casos que ha dado un giro de 180 grados para la familia. Hay otros tres. Un niño en edad de pasar al instituto que tendría que ir toda la semana interno a Ponferrada, porque su familia vive en un pueblo, se queda en el centro más cercano a su domicilio, un instituto de enseñanza media ordinario.

«Esperamos que a partir de ahora se acaben las amenazas de denunciar a la fiscalía de menores a aquellas personas que se niegan a llevar a sus centros a centros especiales», señaló la vocal de Solcom después de que la fiscal retirara los cargos contra Alejandro Calleja y Lucía Loma en el juzgado de lo Penal 1 de León la semana pasada.

En el juicio oral quedó acreditado que los padres de Rubén no habían abandonado a su hijo, aunque el niño es absentista desde el curso 2011-2012, cuando la administración le negó seguir estudiando en el colegio Antonio González de Lama y le matriculó de oficio en el colegio especial Sagrado Corazón.

La familia ha ganado una batalla pero su lucha continúa. «Esperamos que nos den una respuesta a la escolarización de Rubén puesto que somos inocentes. Seguimos», afirma el padre del muchacho. Rubén cumplirá 16 años en agosto, pero la escolarización obligatoria. Es la edad en que termina la escolarización obligatoria, aunque para las personas con discapacidad se amplia la cobertura hasta los 21 años.

El resultado del juicio ha sido un balón de oxígeno para la familia después de dos años de angustia. «Han tenido que pagar una fianza de 4.800 euros, que es la pena que pedían, como si el abandono de un hijo se pudiera pagar con una multa», lamentaba el psicólogo Miguel Ángel González Castañón.

«Existen normas y directrices incongruentes con la ratificación de la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad», afirman Gerardo Echeita e Ignacio Campoy en un artículo publicado en la revista Prolepsis con motivo de la polémica que suscitó en León la jornada de educación inclusiva.

Ambos expertos, profesores de la Universidad Autónoma de Madrid y de la Universidad de Málaga, acompañaron a la presidenta de Solcom, Mónica Sumai, a la reunión de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU celebrada la semana pasada en Ginebra para estudiar la aplicación de la educación inclusiva en cada país.

«Los profesionales de la orientación son un «apoyo» imprescindible para hacer posible que la meta de la educación inclusiva pase, como dicen algunos autores, «de la retórica, a las aulas, los patios, los pasillos de los centros escolares y a sus comunidades», apuntan en la Revista del Colegio Oficial de Psicólogos de Castilla y León.

«Por fin se da un paso hacia el reconocimiento de padres y madres de niños con diversidad funcional a poder elegir el colegio igual que el resto», señaló Mar Álvarez tras la absolución anunciada de Alejandro y Lucía. Ahora la pregunta que se hacen en Solcom y en casa de Rubén es: ¿Hay un cole para Rubén? La respuesta está en la Dirección Provincial de Educación.

http://www.diariodeleon.es/noticias/leon/nino-allana-camino-escuela-inclusiva-pero-hay-cole-ruben_972780.html

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