jueves, 12 de julio de 2012

La Sociedad de Medicina de Familia y Comunitaria anima a asistir a los inmigrantes


La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria , la más representativa de Atención Primaria con unos 22.000 socios, anima a los médicos a acogerse a la objeción de conciencia, a título individual, para seguir atendiendo a los inmigrantes irregulares que ya sean pacientes suyos.
De esta forma, esta sociedad científica muestra su rechazo al real decreto de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad de la sanidad, que incluye la retirada de asistencia al inmigrante “sin papeles” desde el próximo mes de septiembre.
La disconformidad de la se plasma en un documento elaborado por su Grupo de Trabajo de Bioética, que defiende que la lealtad del médico al paciente debe prevalecer.
El presidente de esta organización, Josep Basora, subrayó que dejar de atender a personas que hasta ahora habían gozado de ese derecho plantea “un conflicto ético” y pone a los médicos en una situación complicada. “No podemos dejar de atender a quienes han sido nuestros pacientes”, dijo.
Así, el informe concluye que el profesional vive como un verdadero conflicto ético dos lealtades que chocan: la que debe al Servicio de Salud y la que merece el paciente, según Abel Novoa, del Grupo de Bioética.

Los responsables de esta sociedad han pedido al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad que modifique el real decreto y advierten de que, si no lo hace, “la única salida que le queda al médico de familia es la objeción de conciencia”, un derecho básico, que “no puede ser perseguido por las instituciones públicas”, opinó.
Cinco comunidades autónomas han anunciado ya su intención de seguir atendiendo a los inmigrantes a partir de septiembre: Andalucía, Asturias, Cataluña, Comunidad Valenciana y País Vasco.
Los médicos de familia sí aceptan las limitaciones en la prestación impuestas por el Gobierno para el colectivo de inmigrantes “potenciales” o “que están por venir”, pero insisten en que no se puede hacer lo mismo con los que ya están siendo atendidos “porque es cambiar las reglas del juego a mitad de partido”. Además, rechazan el turismo sanitario: “Hay que combatir el abuso, pero son dos realidades distintas”.
Lo que se plantea es que el médico siga atendiendo a los inmigrantes irregulares que ya son pacientes sin perjudicar al resto de los ciudadanos. “Y hay fórmulas para hacerlo”, según Novoa.
No pensamos que se pueda hacer como un trabajo caritativo, sino que debemos seguir atendiendo a los inmigrantes dentro del sistema sanitario y del horario laboral”, precisó el representante del Grupo de Bioética.
Respecto a la forma en la que los “sin papeles” podrán acceder a los medicamentos básicos, uno de los “mínimos decentes” a los que debe tener derecho este colectivo, Josep Basora admitió que constituye un “interrogante”. 

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